1. “El matrimonio se define como la unión entre un hombre y
una mujer. No solo lo dice la religión sino lo demuestra la Historia.”
Cada religión instituye un tipo de matrimonio y el modelo
‘un hombre y una mujer’ no es universal ni lo ha sido históricamente. Según
distintas religiones pueden casarse un hombre y varias mujeres, una mujer y
varios hombres y en algunas culturas existen los matrimonios entre personas del
mismo sexo. Cada religión es libre de poner sus propias normas matrimoniales.
En todo caso, el matrimonio civil ha ido cambiando tanto a
lo largo de la historia que hoy resultaría irreconocible para alguien de apenas
hace cien años. El matrimonio ha ido incorporando los cambios sociales y esa es
la razón de que aun hoy sea tan valorado. De haberse mantenido como en sus
primeros siglos hoy no lo contraería nadie. Por ejemplo, durante toda la
historia y hasta el siglo XIX fue indisoluble; hasta el XX la mujer era una
posesión del marido; y los matrimonios interreligiosos, interétnicos o entre
libres y esclavos/as estuvieron prohibidos. El matrimonio es un contrato cuyo
contenido lo fija la sociedad de la que emana en cada momento.
2. “Que tengan los mismos derechos que las parejas
heterosexuales, pero sin llamarlo matrimonio. ¿Por qué no le buscamos otro
nombre? No es discriminatorio llamar con nombres distintos a dos realidades que
son distintas.”
El nombre es muy importante. Nos importan mucho los
derechos, pero nos importa sobre todo, la igualdad y ésta sólo se puede
conseguir llamando igual a lo que es igual. Llamarlo distinto sólo demuestra la
voluntad de señalarlo como diferente y teniendo en cuenta de donde partimos, esa
diferencia nos señala como inferiores. Imaginad que cuando se casara una pareja
de otra etnia se le diera otro nombre; eso sólo se entendería desde la voluntad
de discriminar. Y, además, vamos a darle la vuelta al argumento, si es igual
¿por qué le llamamos distinto? Si es igual y da los mismos derechos ¿por qué
vamos llamar de dos maneras a una institución igual?
3. “Los niños tienen derecho a un padre y a una madre. El
padre y la madre cada uno por su parte le proporcionan al hijo/a valores
distintos, necesarios e irremplazables.”
Ninguna teoría psicológica seria afirma eso. Es más, hasta
el siglo XX los niños y niñas se criaban sin que el padre tuviera nada que ver
en su educación y en la mayoría de los casos ni siquiera estaba presente ya que
los hombres muy a menudo estaban ausentes de las familias por guerras, trabajos
fuera de casa o porque no era cuestión del padre participar en la educación de
los niños. Tradicionalmente los niños han sido criados por las mujeres:
criadas, nodrizas, niñeras, madres, abuelas o profesoras. En todo caso, las
figuras masculina y femenina las tienen todos los niños no necesariamente a
través de padre y madre: hay abuelos y abuelas, primos y primas, tíos y tías,
profesores y profesoras, amigos y amigas, vecinos de ambos sexos etc. Los niños
y las niñas viven en un mundo lleno de hombres y mujeres.
4. “El matrimonio entre personas del mismo sexo es un
atentado contra la institución de la familia, uno de los pilares de nuestra
sociedad.”
¿En qué puede perjudicar a una familia tradicional que se
incorpore a esta definición otro tipo de familia? ¿Qué le quita? Lo cierto es
que la familia ha sobrevivido porque se ha ido adaptando a lo que la sociedad
pide en cada momento. Si hoy el divorcio estuviera prohibido, se casaría mucha menos
gente. La familia cambia, se adapta a lo que se pide de ella y gracias a eso ha
sobrevivido siendo aun hoy una institución muy valorada. Seguirá siendo muy
valorada en la medida en que se ajuste a lo que la sociedad le demanda en cada
momento y en la medida en que refleje los cambios sociales.
5. “Las relaciones entre personas del mismo sexo son más
inestables que las relaciones heterosexuales. ¿Para qué concederles el
matrimonio si solo van a acabar divorciándose?”
No hay ningún dato que permita avalar que las parejas del
mismo sexo se divorcian más que las de distinto sexo. La idea de la
promiscuidad es un prejuicio basado en el desconocimiento. Los datos están ahí,
no nos divorciamos más porque somos como todo el mundo.
6. “La homosexualidad es una condición adquirida y a veces
simplemente una moda. El matrimonio entre personas del mismo sexo promociona la
homosexualidad en la sociedad, cuando deberíamos ayudar a las personas
homosexuales a superarlo.”
La homosexualidad no se puede superar ni se debe intentar
siquiera, no es una enfermedad ni una moda, sino una condición natural de las
personas que ha existido siempre. Hoy día todas las organizaciones nacionales e
internacionales de medicina y psicología asumen que la homosexualidad y la
bisexualidad son tan naturales como la heterosexualidad. El matrimonio entre
personas del mismo sexo no puede promocionar nada que no esté ya en los
individuos.
7. “La reivindicación del matrimonio entre personas del
mismo sexo busca desestabilizar las instituciones sociales desde la rabia y la
venganza, ya que las personas LGTB se consideran “victimas” de los malos tratos
de la sociedad.”
En realidad, las personas LGTB hemos sido y aun somos
víctimas. Hasta hace pocos años aun se nos encarcelaba y en varios países del
mundo la homosexualidad se castigo con penas de prisión o de muerte. En muchos
países sufrimos niveles de violencia intolerables, en la mayoría de los países
estamos aún luchando por derechos básicos que no se le niegan a nadie, como el
de formar una familia; y siempre estamos en todo caso a merced del insulto o la
discriminación. Aún así, nuestra lucha ha sido siempre pacífica y centrada en
convencer a la sociedad de que somos personas igual que las demás. Jamás hemos
utilizado ni la violencia, ni la segregación, ni la discriminación, ni los
insultos contra nadie. La nuestra es un ejemplo de lucha pacífica y cívica.
8. “Niños con padres y madres homosexuales tienen más
probabilidad a desarrollar la homosexualidad.”
Ningún estudio avala eso. Si los homosexuales fuesen hijos
de homosexuales, ¿de dónde salen casi todos los homosexuales que hoy tenemos
más de veinte años? No, la orientación sexual no tiene nada que ver con el tipo
de familia en la que uno se eduque. La homosexualidad no se “desarrolla” de
ninguna manera. En todo caso pensamos, evidentemente, que ser homosexual o
bisexual es tan bueno como ser heterosexual.
9. “La homosexualidad es respetable pero debería reservarse
al ámbito privado. Institucionalizarlo es un error.”
La sexualidad, lo que cada uno haga en la cama es privado.
Los derechos que la sociedad asocia a las personas en virtud de formar parte de
unidades familiares, son un asunto público y de derechos. Hasta ahora las
personas tienen acceso a determinados derechos: pensiones, herencias, filiación…
en virtud de su heterosexualidad, que no es privada, sino que está
institucionalizada. Sólo pedimos igualdad de derechos.
10. “El objetivo del matrimonio es la reproducción y la
continuación de la especie humana. La reproducción es imposible mediante la
unión entre dos personas del mismo sexo y por tanto no puede llamarse
matrimonio.”
El objetivo del matrimonio no es la reproducción, ninguna
ley dice eso. Por eso pueden casarse personas estériles o personas mayores para
ser padres o madres, o por eso se permite que se casen personas que han
decidido no tener descendencia y por eso a nadie se le pregunta si van o no a
tenerla. En cambio sí que se les pregunta si van a vivir juntos o si van a
apoyarse y ayudarse. El objetivo del matrimonio civil es prestarse ayuda mutua
y acceder a determinados derechos que la sociedad ofrece a las personas que se
casan.
Por otra parte, la reproducción biológica no goza de ningún
estatus especial respecto a, por ejemplo, la adopción. Ambas son iguales ante
la ley y la sociedad. Hoy día además de la adopción existen múltiples
posibilidades para ser padres o madres, desde la reproducción asistida hasta la
gestación subrogada; posibilidades que están al alcance de las personas
homosexuales, bisexuales y heterosexuales.
11. “Las personas homosexuales y bisexuales seguirán
teniendo derecho al matrimonio, como el resto, tendrán el derecho a casarse con
una persona del sexo opuesto.”
En el caso de las personas homosexuales ese derecho es en la
actualidad un derecho vacío ya que hoy el matrimonio se contrae sobre la base
del amor. Tanto es así que si hicieran uso de él y se casaran con personas de
distinto sexo sería en muchos casos un fraude de ley ya que se casarían por
motivos no válidos. De hecho, gais y lesbianas históricamente han hecho uso del
matrimonio heterosexual no por amor, ni con intención de vivir juntos y formar
una familia, de apoyarse y amarse, sino justamente por lo contrario, con el fin
de ocultar sus verdaderos amores y sus verdaderas familias. A lo largo de la historia
esto ha destrozado a muchas personas, cuando el falso matrimonio se contraía
sin que los dos contrayentes conocieran la verdad.
No faltes este 2 De Junio por México sin discriminación..
"Educación formal de la sexualidad: Ya! a todos los niveles!